Opiniones sobre En el corazón del mar

La última película de Ron Howard es la adaptación cinematográfica del libro In the heart of the sea: The tragedy of the whaleship Essex que publicó el escritor estadounidense Nathaniel Philbrick en el año 2000 y por el que ganó ese mismo año el Premio Nacional en la categoría de no ficción (National Book Award for Nonfiction). Tanto el libro como la película recrean el hundimiento en 1820 del barco ballenero Essex, hecho que inspiró a Herman Melville para escribir su novela Moby Dick.
Herman Melville (Ben Whishaw) es un joven escritor que llega a la localidad de Nantucket (Massachusetts) buscando documentación para una novela que está preparando sobre ballenas y barcos balleneros. Su intención es hablar con Thomas Nickerson (Brendan Gleeson) un marinero que años atrás navegó a bordo del Essex y fue uno de los pocos supervivientes a su naufragio. Nickerson todavía guarda recuerdos traumáticos de la experiencia a pesar de que era un adolescente (Tom Holland) cuando pasó, pero necesita el dinero que le ofrece Melville y finalmente acepta contarle lo sucedido.
La mayor parte de las dos horas de duración de la cinta se centran en la recreación de la travesía del Essex, con un capitán inexperto (Benjamin Walker) al mando y un primer oficial (Chris Hemsworth) decepcionado pues le habían prometido la capitanía. La lucha de poder entre los dos, la inexperiencia de uno frente a la veteranía y dotes de mando del otro llevaran al barco y a su tripulación a su trágico final, unido a una terrible tormenta y a una gigantesca ballena que no quería ser cazada, por supuesto. Aunque esta vez la trama no va tanto de la obsesión en cazar ballenas, sino más bien se trata de una historia de supervivencia, de la lucha del hombre contra los elementos y de lo que un grupo de marinos tuvo que hacer para sobrevivir a varios meses de naufragio.
Maravillosa la manera en que Ron Howard captura la esencia del inmenso océano, peligroso y fascinante a la vez, impecable también la combinación de creaciones CGI con la acción real, el resultado final resulta impresionante. Tanto la tormenta como el ataque de la ballena son escenas espectaculares de gran impacto visual. La película se rodó en los estudios Leavesden en Hertfordshire (Inglaterra), pero también en nuestras Islas Canarias, concretamente en las islas de La Gomera y Lanzarote.
El protagonista absoluto de la aventura es Chris Hemsworth, a pesar de no ser el capitán del barco sino tan solo el primer oficial. Hemsworth se compromete con el personaje, podemos ver su pérdida de peso y su deterioro físico según avanza la cinta, demostrando que hay vida más allá de Thor. Tom Holland, que ya lo pasó fatal por culpa del agua en Lo imposible, vuelve a sufrir gracias a lo imprevisible del océano. Holland es el joven grumete huérfano que se embarca en el ballenero para aprender el oficio y termina viviendo una experiencia que marcará el resto de su vida, como bien relata años después, interpretado ya por Brendan Gleeson.
El resto del elenco lo forman Benjamin Walker (Abraham Lincoln: cazador de vampiros) como el novato capitán más preocupado por dejar clara su superioridad. Cillian Murphy (Luces rojas) es otro de los sufridos oficiales. Ben Whishaw (El atlas de las nubes) es el escritor en busca de documentación y Michelle Fairley (Catelyn Stark en Juego de tronos) es la mujer de Nickerson. Destacar la participación de algún actor español en las escenas rodadas en Canarias que recrean la parada de la tripulación del Essex en Atacames (Ecuador), donde podemos ver a Jordi Mollá interpretando a un capitán español que perdió un brazo cuando una vengativa ballena blanca atacó su nave.
Habría que aclarar que lo de basada en hecho reales es un poco relativo. Me explico, que un barco ballenero llamado Essex, con sede en Nantucket, naufragó en el océano Pacifico en 1820 después de ser atacado por un inmenso cachalote, es algo que pasó realmente. Que ese acontecimiento, junto a su propia experiencia en un barco ballenero, sirvió de inspiración al escritor Herman Melville para escribir su famosa novela Moby Dick (1951), también es cierto. Ahora bien, que el propio Melville viajará a Nantucket y se entrevistara con alguno de los supervivientes al naufragio creo que no está documentado y no podemos afirmar que sea cierto. Owen Chase, primer oficial del Essex (personaje interpretado por Chris Hemsworth) relató sus experiencias durante la travesía en el libro Narrative of the most extraordinary and distressing shipwreck of the whale-ship Essex, que se publicó en 1821.
Una gran historia, buenas actuaciones, mejores efectos especiales y enérgicas escenas de acción, pero quizás el guion sea algo disperso queriendo abarcar demasiados temas, el mensaje final no termina de ser claro y no llega a emocionar como debería.

Las películas con el mar de trasfondo siempre me han apasionado. Y es que el mar en sí, me parece un elemento tan peligroso a la hora de contar historias como el mayor de los villanos. Ya sea con tsunamis, tormentas o como en este caso, con ballenas blancas enormes y bestiales. Siempre hay una gran historia que contar si el mar está implicado.

Basada en la historia real que inspiró “Moby Dick“, el único superviviente de un naufragio cuenta en primera persona cómo tuvo que luchar por seguir con vida cuando una ballena blanca gigante se cruza en su camino y hace que su barco naufrague.

Lo que se nos viene a la cabeza cuando tenemos que comparar “En el corazón del mar” con otra película, es que es incomparable. Al menos no con una. Podría quizás ser una fusión entre “Náufrago” y “La tormenta perfecta“. Y nos seguiríamos quedando cortos. Ron Howard toca todos los palos: una aventura trepidante, una historia que apasiona, un monstruo que fascina y una lucha por la supervivencia que te deja boquiabierto. Todo se entrelaza de tal manera que dos horas no sean nada, y sin embargo te lo den todo. Unas interpretaciones maravillosas, que se hacen palpables y soberbias según va pasando la película, dejando para ultima hora lo mejor. Unos actores que entran de lleno en la lucha por vivir, en las ganas de seguir adelante y en dejar claro que lo único que una ballena gigante no puede arrasar es la fortaleza humana.

Pero no sólo de sentimiento está repleta la película, también de acción, de escenas grandes, de monstruosas presencias y de una atmósfera aterradora y peligrosa. Sin duda, una gran sorpresa, aunque para muchos, tratándose de Ron Howard, no lo sea.

Lo mejor: el tándem Chris Hemsworth–Benjamin Walker.
Lo peor: que hicieran adelgazar de esa manera a Chris Hemsworth, cuando el número de planos que lo requería, no son tantos.

Mar presente, corazón ausente.

La estructura de planteamiento es obvia y clara, presentación de los personajes, descripción de sus penas y lugares y ¡a la mar!, tormenta a la vista, decisión errónea y aparición de la estrella, ese enorme y magnífico cachalote blanco que inspirará Moby Dick, toda una epopeya digna de Homero; espera que lleva su tiempo y dedicación, con esa tensión inmóvil que va tomando forma y nutriéndose de tanta pausa y merodeo, para la llegada del gran momento con ese temerario enfrentamiento.
Lucha cuerpo a cuerpo, combate cara a cara con el rey Neptuno que pondrá a prueba la fortaleza, valor y resistencia de los asustados miembros de tan arrogante embarcación; ¡silencio!, se oyen resoplidos, la codicia toma el mando de la cordura y la soberbia sobrepasa los límites de una razón humana que aboga por encender la chimenea del maldito cachalote divisado, una posible presa vuelta hábil cazadora, valiente y astuta que sabe defenderse de sus agresores y ganarse el respeto de aquel que tanta obsesión tenía por su carne y aceite.
Y en todo este proceso, la emoción y nerviosismo nunca alcanzan máximos decibelios, la espectacularidad y fragancia de lo vivido y respirado es validez comedida que no explosiona ni inquieta en su consumo, la curiosidad cumple con un relato que no arde de pasión e incógnita por su devenir y desenlace; es pragmática, que no vigorosa, entusiasmo de grado inferior es el que discurre por un mar cuya furiosa tormenta es de corazón bravo y puro, no expuesto con vehemencia y ardor; suplicio sin convicción, conciencia limpia de una historia veraz que no calienta motores, emplea todos sus remos y saca todas sus fuerzas pero no llega a la cumbre, de “ir donde uno no quiere ir”, pero es destino inevitable a combatir.
Sobriedad narrativa para quien desea adentrarse en lo desconocido, descubrir y conoce lo incognoscible, es innecesario comentar los logros y pericia de un director tan respetado como Ron Howard, es certeza de función magistral y plena exhibición de todas las maravillas que esconde el océano tratadas con cuidado, meticulosidad y precisión escrupulosa pero, incluso la altivez y esplendidez de una arrogante fotografía esperada, bella en su composición, cálida, hermosa y deslumbrante en su puesta en escena, seduce lo justo -como todo lo ofertado- para ser correcta y cumplir, no para llenar el apetito de la ávida audiencia, menos para colmar ese afán de quien es testigo impaciente de una necesidad, no con robustez cubierta, y cuya voz interior, que observa pero no padece, mira pero no se perturba ni incomoda; náufragos personajes, poco sentidos, que confirman que la mirada de tan épica hazaña es menú servido con concordancia, pero sin sentimental ni enérgica esencia.
¡Mayor bravura marineros!, que nos quita el papel principal un fascinante cachalote, que casi logra un tres en raya con nosotros, pero ¡no os preocupéis!, hay que sobrevivir, alguien tiene que ser narrador de tan grandiosa aventura, testigo último de una heroicidad única e irrepetible en la vida donde se pone a prueba el compañerismo y lealtad de la tropa, donde no se desperdicia nada y donde, el previo de un tráiler que alimenta tu fantasía y ganas, se ve desacelerado y compensado a medias en su grandeza.
Solidez sin efervescencia, un apagado boceto que ni vibra ni hace soñar a quien sentado no se altera, objeciones con derecho a protesta pues, sin fervor, sólo hay visión apagada que no luce, ni cautiva, ni deja la huella buscada; un gladiador que no convence como capitán de mar y lucha, y que queda muy por detrás de la inmensidad solicitada por antemano, para tristeza de un recuerdo que con prontitud olvida.
“Llamadme Ismael. Hace unos años -no importa cuánto hace exactamente- teniendo poco o ningún dinero en el bolsillo, y nada en particular que me interesará en tierra pensé que me iría a navegar un poco por ahí, para ver la parte acuática del mundo. Es un modo que tengo que echar fuera la melancolía y arreglar la circulación...”, sólo que aquí no se arregla la resaca de una desilusión que iba en busca de portentosa proeza e intensa acción y se conforma con un mar fogoso, cuyas agitadas aguas no turban su médula espinal; el libro y tu propia imaginación lectiva inspiran más exaltación que las dos horas de percepción consumida.
En este caso, la realidad y el sugestionado escrito posterior, le dan mil vueltas a lo elaborado y presentado en pantalla.

Lo mejor, la esperanza de quien firma la película.
Lo peor, el desencanto de quien filma la cinta.
Nota 5,8

En El Corazón Del Mar (2015).
El director de "Una Mente Maravillosa" nos retrotrae al siglo XIX con la historia que inspiró la novela de la ballena más famosa de la literatura, Moby Dick.

Los protagonistas principales, aparte del inmenso mar y el cachalote objetivo de los cazadores, son Chris Hemsworth, Ben Whishaw (el nuevo Q del 007) y Benjamin Walker (el Lincoln cazavampiros de hace unos años), quienes prácticamente se convierten en presa de la inmensa y nada desmemoriada ballena. Para meterse en el duro papel, Hemsworth adelgazó como si de Christian Bale en El Maquinista se tratara, dejándonos con la boca abierta al contemplar dicha transformación.

Los efectos y la banda sonora acompañan divinamente la realización de la cinta.
Dos horas bien aprovechadas en mi opinión.

Raúl Cabral.
Puntuación personal: 7

La historia es sobrecogedora, pero creo que si se hubieran centrado desde un principio con la lucha humano / cachalote hubiera gustado más. Las imágenes son increíbles y preciosas a la vez. El único problema es que te empiezas a enganchar a la película cuando llevas ya medio metraje, y eso fastidia.
Merece la pena?. Pues sí, pero por su gran calidad visual.
(Hubiera eliminado los 30 primeros minutos, aunque se supone que son para meternos en harina, pero aún así, los hubiera eliminado).

muy buena pelicula, 100% recomendada, no te defraudará, trata de la leyenda de moby dick, así da gusto ir al cine.

La mejor película de "Moby Dick" que he visto. No recomendada para sensibles de los animales. El detalle final de que una persona ha encontrado combustible debajo de tierra es la guinda.

Película de la historia real de Moby Dick! Muy realista, bien relatada, momentos duros que están bien plasmados. Quizás lo único que Chris hace que su personaje parezca más Thor por el parecido de "Ego". Aún así me ha parecido una buena película

Una muy interesante película con una gran realización y con buenas interpretaciones. Además de una gran banda sonora. Una vuelta al clásico por todos conocido y una película que crees que sabes de qué va a ir y que logra sorprender. Recomendable.

Una muy alucinante película de el director Ron Howard, una aventura dramática que te dejara pegado cada segundo a la tele con un Chris Hemsworth, Cillian Murhpy y Tom Holland muy increíbles. Sin duda alguna me ha gustado muchísimo En El Corazón Del Mar una película muy alucinante de la que deberían ver todo el mundo.