Sacerdotes contra vampiros
por Virginia MontesDespués de realizar Legión, el experto en efectos especiales Scott Stewart, pareció querer seguir indagando en la relación entre el bien y el mal, entre ángeles y demonios en su siguiente película, El sicario de Dios, en la que volvía a contar además con Paul Bettany, actor cómplice en ambas cintas, reconvertido en un ser superior al servicio de las fuerzas celestiales.
El director vuelve a utilizar una factura de serie B para arropar esta historia fantástica centrada en la batalla personal que libra un sacerdote que dedica su vida a luchar contra los vampiros que campan a sus anchas por la Tierra y a los que se le ha encomendado exterminar.
A pesar de los pocos recursos económicos con los que se nota que cuenta la película, el director tampoco es que sepa utilizar el elemento imaginativo para paliar las escaseces, y la película se convierte en una sucesión de elementos ya vistos en demasiadas ocasiones. Destacan varios momentos fugaces (como el prólogo de animación), y algunas escenas aisladas, en las que late el germen del entretenimiento puro, pero en general resulta demasiado desbocada y en ocasiones incluso pomposa, sobre todo en sus diálogos.
A favor: Paul Bettany tiene magnetismo sea cual sea el desaguisado en el que se meta.
En contra: Su falta de personalidad.