Delirium Tremens
por Virginia MontesA pesar de la sonora renuncia de la chica guapa de la película, Megan Fox, a protagonizar la tercera parte, el director Michael Bay no tuvo inconveniente en poner de todas formas a punto la maquinaria para ofrecer esta entrega que prometía convertirse en la definitiva.
Después de la decepción que supuso 'Transformers: La venganza de los caídos' (2009), Bay pretendía cerrar la trilogía más rentable de los últimos tiempos con toda la rotundidad de su aplastante fuerza visual. Y es que el director parece ser fiel a la premisa: "Burro grande ande o no ande", y su megalomanía no tiene límites a la hora de deleitarse con un buen baño de mastodontes robóticos, ejército, armas, efectos especiales y una buena dosis de ensordecedora pirotecnia sonora y visual. Sin embargo, más allá de todos estos excesos, a 'Transformers: El lado oscuro de la luna', le sigue ocurriendo lo mismo que a sus predecesoras: su narración es anodina y su ritmo es insufriblemente lento. Parece mentira que una película que se supone una oda al espectáculo y que está consagrada al género de la acción, pueda terminar siendo tan aburrida. Y todo por culpa de un guion vacío en el que no se entiende prácticamente nada de lo que se cuenta, al mismo tiempo que la apoteosis de la imagen se alía con el caos narrativo para dar como resultado una película que se pierde en su monumentalidad, en su delirium tremens.
A favor: El aparataje visual.
En contra: Que sea tan aburrida.