Hanna Montana se hace mayor
por Eulàlia IglesiasLa buena noticia fue que Miley Cyrus decidió dejar atrás el personaje de Hanna Montana. La mala, que continúa haciendo cine. 'La última canción' es el vehículo que Cyrus escogió para demostrar que era más que una chica Disney. En lugar de una comedia postadolescente, la cantante prefirió protagonizar un dramón romántico sobre una casi universitaria que vive su gran amor de verano al tiempo que intenta reconciliarse con su padre enfermo. La base literaria es ni más ni menos que una novela de Nicholas Sparks, perpetrador de las novelas que inspiraron otros almíbares fílmicos como 'El diario de Noah' y 'Mensaje en una botella'.
Y 'La última canción' no se queda atrás en cursilería. El personaje de Cyrus decide que todas sus emociones sean muy intensas: a lo largo de un verano que pasa con su padre, se dedica a odiar a su progenitor por divorciarse de su madre, va de chica rebelde, cuida los huevos de una tortuga y se enamora de un chico que, mira tú qué casualidad, resulta ser el rico del pueblo. Tópica y sin ningún carisma (Greg Kinnear es todo un miscasting: un actor bueno en medio de un elenco aborrecible), 'La última canción' demuestra que Cyrus es capaz de superarse en cuanto a protagonizar ñoñeces se refiere. Ay.
A favor: El nacimiento de las tortugas.
En contra: El haz de luz divina en la escena del funeral: ni Terrence Malick.