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2,5
Publicada el 23 de marzo de 2011
La gente que paguemos por ver Torrente, ya sabíamos más o menos lo que íbamos a ver. En un país que triunfan los programas y las revistas del corazón, donde una selección de balompié, une a propios y extraños, es normal que un producto como Torrente, sea el más taquillero del cine español.
Sin ritmo, sin acción, sin un humor realmente efectivo, “Torrente 4” se revela como lo que podría haber sido un especial televisivo de final de temporada.
Como en los otros filmes, abusa de las escenas de sexo, y de las bromas guarras.
Humor grueso, incorrección política, un desfile interminable de cameos españoles, 3D, unos créditos al más puro estilo de "James Bond”, da a su público lo que pide, más de lo mismo. Es mucho mejor y más divertida que la tercera parte y compite con la segunda por el puesto de plata en el ranking de esta saga.
La saga torrente a sido un claro ejemplo de una saga decadente y con claros signos preucupantes en innovacion pelicula tras peliculA hemos visto un santiago segura con una formula repetitiva y facilona.una lastima de poder crear una buena saga despues de las 2 primeras xk no decirlo buenas peliculas se llego a una formula facil,casposa,sin argumento ninguno,y demasiado famosete y poca seriedad que por como empezo la saga lo requeria en la 3 o 4 pelicula,claro esta sin dejar de ser torrente,en definitiva no vale la pena ni alquilarla,ni para fans acerrimos,un atraco al cine espanyol,pero somos asi de casposos como la pelicula.alli esta su record de taquillaje.
En puridad no cabría hablar de cine ni de película. Se trataría más bien de una sucesión de chistes escatológicos con los que soltar la sonora carcajada y torcer el gesto en una mueca situada entre la incredulidad y el asco. Dos o tres sentencias torrentianas que merecen constar en los anales de una jocosidad tan bruta y zafia como inofensiva, ese el triste balance de la esperadísima sinsorgada. El desfile de famosos llega a producir un cierto hastío, y que nadie se engañe, Paquirrín es tan malo o peor como uno hubiera (y debería haber) supuesto antes de ver la cinta. Su interpretación resulta tan patética como la del cantante Francisco. Y es que si algo tenía la primera Torrente era precisamente algo de lo que sustancialmente carece ésta, fundamentalmente que había buenos actores rodeando al personaje central (Leblanc, Cámara, Asensi, Lampreave), y que el guión apostaba por un realismo muy sucio que bordeaba la crítica social en clave de grotesca hipérbole. Todo eso se ha ido perdiendo en las sucesivas entregas, hasta llegar a ésta cuarta totalmente inofensiva, folclórica en el peor sentido del término, excesivamente (auto)complaciente, donde al menos Segura centra todo sus esfuerzos en hacer de Torrente un icono perdurable. Concluyamos, pues, que la nueva entrega de esta “casposaga” se adapta perfectamente a la definición dada para el séptimo arte por uno de los mitos del cine, Paul Newman, según el cual “El cine no suele ser, a menudo, más que una cosa condenadamente ridícula”. La horma de su zapato.
Vaya pastelada muchos cameos pero malos no tiene gracia para nada 7 euros tirados es una pena que esta película represente en parte al cine español si lo que quieres es ver tetas y demás es tu película ... Fatal !!!!
Con sus momentos, no dja d ser mas d lo mismo, vive de sus cameos sin ofrecer nada mas, no ire a ver la quinta, si esque la hay, de hecho me deberia de haber quedado en la segunda