Liberad a Pedro y Vilma
por Eulàlia IglesiasEl título original de 'Una aventura extraordinaria', 'Big Miracle', es todavía más hiperbólico que el de su comercialización en España. Basada en un hecho real que sucedió en los años ochenta, la película relata el proceso de salvación de una familia de ballenas atrapadas en el océano Ártico. Lo extraordinario (o milagroso) del hecho es que alrededor de Pedro, Vilma y Bam-Bam, así bautizan a los tres cetáceos, van congregándose personajes de todo tipo dispuestos a ayudar en el cometido. Al principio se trata solo de un periodista de una pequeña cadena televisiva y su ex novia ecologista. Pero, a medida que el trágico destino de los animales se hace público, se unen a ellos más periodistas, políticos, militares, inventores y empresarios petroleros. Sin contar a los habitantes del pueblo inuit que nunca han dejado de estar allí. Hasta formar una heterogénea entente en que cada uno aporta su granito de arena para salvar a los animales en un clásico crescendo de épica ecologista. Hasta aquí, nada nuevo tratándose de un film para toda la familia con mamíferos en peligro de por medio.
Se agradece, sin embargo, que los responsables de la película no se hayan limitado a cumplir con los mandatos más simples de una película de este tipo. Con un periodista como protagonista principal, Una aventura extraordinaria no obvia apuntar cómo la presencia de la televisión resulta un arma de doble filo: por un lado, visualiza y da eco al problema; por el otro, lo sobredimensiona solo porque consigue buenas audiencias. Ken Kwapis lo ilustra con un tono de comedia amable con una pizca de ironía. El mismo tono con que retrata ese pueblo inuit cuyo restaurante principal es de... comida mexicana. Al mismo tiempo, los diferentes puntos de vista en torno a la problemática están confrontados más allá de los arquetipos: los esquimales balleneros discuten con la ecologista que les da lecciones sobre una de sus principales fuentes de alimentación, la ecologista se pelea con el magnate del petróleo que acaba ofreciendo uno de sus barcos para ayudar en el salvamento como método de "relaciones públicas"... Incluso, después de un final de triunfo colectivo más allá de las diferencias, Kwapis introduce un epílogo que templa esa euforia igualadora. Aunque quizá lo más sorprendente en este film típicamente estadounidense es que los verdaderos artífices del salvamento en el último minuto sean unos militares soviéticos. Cosas del deshielo...
A favor: La voluntad de dignificar el formato "película para toda la familia".
En contra: La historia de amor, increíble.