Mamut es una película correcta pero nada del otro mundo. Para empezar yo diría que el escenario está trabajado e incluso rebuscado. Hay buenos diálogos, varios escenarios con los que quedarse, y la visión de la jubilación que dan los directores es interesante. El personaje principal se desarrolla y la película se ve con facilidad de principio a fin. Sin embargo y a pesar del correcto ritmo, el largometraje pierde fuerza en la segunda parte y el espectador se pierde un poco en la historia. La puesta en escena de Gustave Kervern y Benoît Delépine está bien, los dos directores han encontrado una buena forma de contar esta película. En cuanto al reparto ninguna pega. Las actrices como Yolande Moreau, Anna Mouglalis o incluso Isabelle Adjani convencen por completo en sus papeles e igualmente Gérard Depardieu está perfecto en su interpretación. En resumen, una buena película que hay que ver alguna vez en la vida.