Crítica de SensaCine.com para La isla de los olvidados: Reinserción por redención

Como sucede con la mayoría de las películas de género realizadas fuera del ámbito anglosajón, la producción escandinava de thrillers fríos y nevados es bastante desconocida en la cartelera comercial española (por mucho que el éxito de los libros de Stieg Larsson y sus adaptaciones cinematográficas haya atenuado esa sensación), a pesar de que en la cinematografía noruega se encuentren referentes ineludibles del policiaco de las últimas décadas como 'Insomnia' (Erik Skjoldbjærg, 1997). Stellan Skarsgård, que protagonizaba aquella, aparece en 'La isla de los olvidados' con un estatus muy distinto ahora que es habitual verlo en superproducciones hollywoodienses, ámbito estilístico al que parece aspirar este ambicioso largometraje (co-producción noruega, sueca, polaca y francesa) de Marius Holst que apuesta de forma directa por seguir todos los puntos del género carcelario, subdivisión de correccional adolescente.

Desde las primeras imágenes queda claro que el gran respaldo de una historia muy convencional será contar con un escenario espectacular como la isla de Bastoy, en el fiordo de Oslo, y su institución penitenciaria real que, aunque hoy en día está considerada como una de las más humanitarias (casi paradisiaca) del mundo por sus instalaciones ecológicas y el alojamiento de los reclusos, en 1915 no tenía tan buena fama. Estricto reformatorio para criminales adolescentes, la llegada del rebelde Erling revolucionará la vida del resto de prisioneros, que empezarán a vislumbrar en el horizonte una posibilidad real para fugarse.

Todas las convenciones del género están presentes: el protagonista indómito que lava sus pecados, el intendente tiránico, las desavenencias entre reclusos convertidas en colaboración... Hemos visto el proceso innumerables veces (y mejor), por lo que 'La isla de los olvidados' termina convirtiéndose en un déjà vu continuo del esquema de 'Fuga de Alcatraz' (Don Siegel, 1979) con el marco de 'Escoria' (Alan Clarke, 1979) y atmósfera escarchada. Al menos demuestra conocer bien los mecanismos de sus referentes y ejercitarlos sin riesgo, pero con eficiencia.

A favor: La solvencia técnica y el diseño de producción.

En contra: El uso machacón y sensacionalista de la banda sonora.