La idea le llegó a la productora Cilvy Aupin en 2007, cuando escuchó al filósofo Michel Onfrey lanzar la siguiente afirmación: "Los niños pueden ser como filósofos, solo que no lo parecen". A partir de ese momento, se puso a trabajar preguntándose en qué podía consistir bien la filosofía para niños... y se dirigió a su compañero, el realizador Jean-Pierre Pozzi, que le propuso el nombre de Pierre Barougier, con el que ya había trabajado. Y entonces el proyecto cuajó...
En 2006-2007, Jean-Charles Pettier, profesor de filosofía en el IUFM de Créteil Créteil/Melun, le propuso a la maestra de escuela Isabelle Duflocq realizar una serie de talleres con finalidad filosófica en su escuela infantil. Fue la primera en Francia en llevarlo a cabo.
¡La maestra de escuela, Pascaline Dogliani, qué debía enseñarles nociones de filosofía a los párvulos no estaba segura de que pudiera realizar la experiencia y con razón: ella había estudiado solo artes plásticas y jamás había tocado la filosfía desde el instituto!
Obtener la aprobación de los padres era esencial para poner en práctica la experiencia. Hubo que esperar a que todas las familias tuvieran la suficiente confianza en el proyecto y las personas que iba a iniciar la aventura. Hubo reuniones donde niños y padres dialogaban, que fueron dirigidas bajo la mirada de la maestra y de la directora del centro.