La mano que mece la cuna
por Eulàlia IglesiasTim Brown tuvo una idea para hacer una película de terror. Nada que no se hubiera visto antes. Un argumento para el típico thriller psicológico con algún apunte sobrenatural y un supuesto final sorpresa que permite atar los cabos sueltos. El problema es que Brown tuvo la idea pero ha sido incapaz de desarrollarla de forma coherente primero en un guión y después en una película de hora y media. 'La niñera' cuenta con solo cuatro protagonista, un bebé incluido, que se mueven en un espacio aislado. Y la mayor parte del tiempo, Brown no sabe qué hacer con ellos.
Frank un escritor cuya esposa yace postrada en la cama con una depresión postparto, sale constantemente de casa o de la habitación de su hijo para volver a toda prisa a comprobar que no le ha pasado nada al niño. El padre incluso acude a su vecina, una señora con pinta de demente a quien no le pedirías ni un puñado de sal, para que le haga de niñera... A medida que avanza el metraje, la preocupación de Frank deriva en paranoia. Ya no se sabe si su inquietud es real, si un fantasma acecha a su familia o se ha vuelto completamente loco. Las explicaciones de la vecina y los previsibles giros finales no ayudan a esclarecer demasiado el asunto. Tampoco importa. ¿No hubiera sido mejor limitarse a rodar un corto? Al menos la narrativa hubiera quedado un poco más controlada.
A favor: La descripción de los bebés que nacen muertos. Espeluznante.
En contra: No costaba tanto hacerla un poco más comprensible.