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    Un verano en La Goulette
    Críticas
    3,5
    Buena
    Un verano en La Goulette

    Crisol de culturas

    por Bibi Ramos

    El realizador tunecino Férid Boughedir optó al Oso de Oro en el Festival de Berlín de 1996 con Un verano en La Goulette, tras haber obtenido cierto reconocimiento desde los ochenta con sus primeros trabajos, Caméra d'Afrique, Caméra arabe y, especialmente, Asfour Stah. En esta cuarta película sitúa el relato en el verano de 1967, momento inmediatamente anterior al estallido de la Guerra de los Seis Días entre Israel y los países árabes.

    Combina elementos dramáticos y cómicos para acercarnos una historia coral donde se cruzan varias religiones, etnias y procedencias, cuando todavía parecían poder habitar en relativa concordia. La juventud de las tres protagonistas (Gigi Meriem y Tina) contrasta con la amistad masculina que mantienen sus respectivos progenitores (Youssef, Jojo y Giuseppe). Aunque La Goulette sea un destino turístico, para algunos de sol, puerto y playa, Boughedir sabe mostrar con bastante agudeza las capas más soterradas, ese crisol de culturas bajo el que se esconden confrontaciones y disputas entre generaciones y culturas. En paralelo, y con frescura que pronto devendrá en amargura, asistimos a los planes de iniciación sexual de las chicas, que quieren perder la virginidad, cada una con un chico de una religión diferente a la propia. Estimulante propuesta donde se confrontan lo individual y lo colectivo, lo viejo y lo nuevo, lo íntimo y lo político.

    A favor: Un guión que combina con bastante agudeza y frescura cuestiones temáticas y tonos narrativos.

    En contra: Quizás su excesiva ligereza...

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