Exceso tex-mex de terror
por Virginia MontesTras sorprender con 'El mariachi', Robert Rodriguez entró en la esfera de Quentin Tarantino al dirigir un guion de este en 'Abierto hasta el amanecer', contando con él también como actor y con un incipiente George Clooney como protagonista. Ambos dan forma a una película desdoblada en dos. Por un lado una road movie sobre dos criminales que secuestran a una familia y, por otro lado, la llegada de estos a un local en el que, al anochecer, todos los presentes se convertirán en vampiros, comenzando una película de terror y de acción.
La primera parte resulta mucho mejor que la segunda, y eso desequilibra una obra excesiva aunque muy entretenida a pesar de que uno no tenga claro en ningún momento qué es en realidad 'Abierto hasta el amanecer'. Quizá la mejor manera de disfrutarla es como una comedia de terror de aliento gamberro y desinhibido, tan superflua como disfrutable. Rodriguez demuestra una vez más su capacidad para el exceso visual, como Tarantino, aunque a diferencia de este carece de una personalidad interesante que trascienda las imágenes.
A favor: La primera parte.
En contra: Que cuando la acción irrumpe la película se introduce en una vorágine sin mucho sentido.