Comida ambulante
por Bibi RamosHabiendo dado sus primeros pasos como asistente de dirección junto a algunos de los principales representantes del "free cinema" británico, entre finales de los años sesenta y principios de los setenta el inglés Stephen Frears empezó a labrarse una carrera como realizador, trabajando a menudo en el medio televisivo. A mediados de los noventa, cuando compitió en Cannes con La camioneta, poseía ya cierto renombre tras la acogida recibida por filmes precedentes como Mi hermosa lavandería, Ábrete de orejas, Las amistades peligrosas o Los timadores.
Para La camioneta Frears vuelve a partir de un material literario, en esta ocasión la novela de Roddy Doyle, quien ya había visto trasladadas al cine las otras dos partes de su "trilogía de Barrytown": The Commitments, que dirigió Alan Parker, y Café irlandés, dirigida también por Frears. El mismo Doyle firma aquí el guión cinematográfico y nos acerca la historia de un padre de familia que se queda en paro y que decide montar un servicio itinerante de comida en una camioneta. Cruzando elementos cómicos y dramáticos, la película debe gran parte de su eficacia a la interpretación de Colm Meany (quien aparece en los tres filmes de la trilogía de Barrytown) y aunque posee tramos ingeniosos, su mirada crítica resulta bastante blanda y su ingenio a lo Café irlandés, excesivamente forzado.
A favor: La interpretación de Meany y algún momento de esa amistad que comparte con el personaje de Donal O'Kelly.
En contra: Que se sienta manufacturado el modelo de comedia británica socialmente comprometida y que la eclipse el recuerdo de Café irlandés, éxito que trata de repetir pero forzadamente.