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    Tras el silencio
    Críticas
    0,5
    Pésima
    Tras el silencio

    Un maltratador en mi casa

    por Diana Albizu

    Tercer largometraje de la británica Angela Pope, que se mantiene firme en su acatamiento de las normas estilísticas y narrativas comunmente asociadas a la producción de telefilmes destinados a ejercer como relleno vespertino de parrillas televisivas. En el caso de 'Tras el silencio', que trata el asunto del maltrato infantil con la sutileza de una apisonadora, el mayor interés radica en que los padres del niño Oliver se separaron después de que el hombre saliera del armario. Es él, declarado homosexual y con pareja estable, quien lucha por conseguir la custodia del niño tras sospechar que el nuevo compañero de la madre lo maltrata.

    Pope no apuesta en ningún momento por la ambigüedad ni la mínima audacia al suministrar la información al espectador: las palizas y maltratos que recibe Oliver y que tan inexplicablemente pasan desapercibidos para la madre están claros desde el primer acto de la película. El resto de la batalla legal del protagonista, aderezada por la homofobia del sistema judicial que le considera menos recomendable para el cuidado del pequeño debido a su orientación sexual, se recibe con la misma intensidad dramática hiperbolizada, el gusto por el impacto sensacionalista y el efecto narcótico de la narración funcional que cabría esperar de una noticia de sucesos.

    A favor: La relación homosexual del padre de Oliver está tratada de manera natural y no sensacionalista.

    En contra: Su naturaleza de relato de segunda categoría no le sirve para tomar ningún riesgo, sino más bien lo contrario.

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