Crítica de SensaCine.com para Tienes un e-mail

Cinco años después del buen funcionamiento en taquilla que le había deparado Algo para recordar, Nora Ephron decidió repetir similar fórmula romántica en 1998 con Tienes un e-m@il. Para ello volvió a contar con el dúo protagonista de aquella, Tom Hanks y Meg Ryan, de dudosa química según el estómago de cada opinante. Meg Ryan había interpretado ya uno de los guiones más célebres de Ephron, Cuando Harry encontró a Sally, producida tres años antes de que la realizadora neoyorkina diera su salto a la dirección.

Mientras que Algo para recordar era un remake de Tú y yo (1957) de Leo McCarey, para Tienes un e-m@il Ephron se remontó una década más atrás para rehacer a su manera el brillante clásico de Ernst Lubitsch, El bazar de las sorpresas (1940). A esas alturas, a nadie le sorprendía ya la deuda, además reconocida, de Ephron con el imaginario de la comedia romántica clásica americana. Y así es como Meg Ryan interpreta a la dueña de una pequeña librería y Tom Hanks a un hombre de negocios que le hace la competencia con su cadena de librerías. Los enredos irán llegando en bandeja de plata, pues aunque lo ignoren, ambos se han conocido chateando anónimamente.

A favor: Se ve sin sobresaltos. La dosificación de la información genera algunas situaciones confusas en la trama. Es gracioso ver a Meg Ryan y a Tom Hanks comunicándose con emoticonos.

En contra: Su tan calculada factura la hace bastante previsible y, en algunos instantes, poco fresca. Los segmentos más edulcorados.