Crítica de SensaCine.com para Reacción en cadena: Un thriller que pudo ser mejor...

La carrera de Andrew Davis tras la cámara comenzó en 1983 con Terror final, a la que siguieron otros títulos como Por encima de la ley y Alerta máxima, ambas al servicio de Steven Seagal hasta que en 1993 logró completar su mejor película hasta ese momento y, posiblemente, también después del mismo,El fugitivo. Tres años después firmaría Reacción en cadena, película en la que Davis despliega toda su profesionalidad para conseguir que una trama sin fundamento y sin sentido pero sumamente eficaz en su desarrolla se extienda durante tanto metraje a base de secuencias de acción bien resueltas pero carente de todo atisbo humano en su discurso y en su historia.

Y hay un claro intento de dar a los personajes una dimensión dramática, es decir, que tengan importancia dentro del entramado conspiratorio que supone Reacción en cadena. Pero sus responsables no lo consiguen, como tampoco logran mantener la tensión del thriller, tan solo dando buenas dosis de acción y entretenimiento para convertir a Reacción en cadena en una obra confusa y extraña que podría haber dado mucho más si esos retazos de seriedad dramática que asolan de vez en cuando hubieran tenido un desarrollo mucho más trabajado.

A favor: El comienzo logra enganchar medianamente y los actores hacen lo que pueden.

En contra: Que a pesar de la simpleza de la propuesta al final todo es un lío enorme.