La escena más famosa de esta película se originó por un accidente. Durante el rodaje de una escena de persecución por una pendiente empinada, Buster Keaton, inadvertidamente, fue desalojando algunas rocas que, posteriormente, se desplomaron sobre él, teniendo que esquivarlas. Después de este aparatoso accidente, Buster daría con la idea final que acabaría incluyéndose en la película.