Crítica de SensaCine.com para Madagascar: Animales unidos

Un día Dreamworks creó a 'Shrek' y encontró la gallina de los huevos de oro. Ahí empezó el éxito de su división de animación, pero también fue el inicio de la caída. Puesto que desde aquella 'Shrek' original, todo lo que ha venido detrás han sido sucedáneos cortados por el mismo patrón, mientras que sus rivales de Pixar innovaba a cada nueva película y Fox conseguía administrar su 'Ice Age'. No como Dreamworks, que se lanzó a una frenética carrera por crear un montón de películas de animación clónicas: personajes antropomórficos deslenguados con un montón de referencias metacinematográficas enfrascados en una aventura de redescubrimiento interior.

En esa senda está 'Madagascar', donde unos animales de zoo orgullosos terminan en un espacio natural real, ridiculizados y desubicados, teniendo que sobrevivir. Hay el típico proceso de aprendizaje y crecimiento. Es una película que ya hemos visto, pese a que tenga el envoltorio de la animación tridimensional. Es una fórmula ya agotada, que la película trata de subsanar siendo menos agresiva que 'Shrek' y dirigiéndose a un público más infantil, que acepta sin muchos problemas la repetición de patrones.

A favor: Una película infantil tradicional (pese a la animación por ordenador) sin pretender jugar en otras ligas como 'Shrek'.

En contra: Fórmula agotada, que aún así fue un éxito mundial que propició dos secuelas.