Experimentos post 11-S
por Paula Arantzazu RuizLas similitudes entre el póster de la saga ‘Saw' y el de ‘The killing room' podrían parecer arbitrarias como también podrían hacer intuir cierta falta de imaginación. Ninguna de las dos razones responden a esa semejanza gráfica, sino que tanto una como otra película comparten parecidos; más bien, ‘The killing room' podría interpretarse como la progresión intelectualizada del magma terrorífico de esa franquicia del torture porn. En ambas hay encierro y juego de resistencia, experimentos de supervivencia y una mirada entomológica y cruel al respecto. También le debe mucho, y ya por cuestiones más obvias, a clásicos de atmósfera conspiranoica como ‘El mensajero del miedo' (John Frankenheimer, 1962), pero resulta interesante observar, en este sentido, las diferencias entre los métodos y resultados de hace 50 años con los actuales. Como también reflexionar que, en la guerra por el control, nada da más miedo que pensar que se puede manipular ese sentimiento de miedo y horror.
A favor: las conclusiones a las que llega la película.
En contra: una puesta en escena poco imaginativa.