Ser padre
por Eulàlia IglesiasLa figura del hombre que de repente se queda viudo y debe confrontar la paternidad solo y afligido ha despertado el interés de varios cineastas en los últimos años. John Cusack se llevaba a sus hijos de road movie tras enterarse que su esposa había muerto en la guerra de Irak en 'La vida sin Grace' de John C. Strouse, mientras que George Clooney se planteaba la importancia del legado una vez su mujer se quedaba en coma en 'Los descendientes' de Alexander Payne.
En 'Solo ellos', es Clive Owen quien da vida a un periodista deportivo que pierde a su mujer y debe replantearse la vida junto a su hijo pequeño y al adolescente que tuvo con su primera esposa. Scott Hicks, cineasta australiano con cierta querencia por el sentimentalismo (suyas son películas tan sobrevaloradas como 'Shine' o 'Mientras nieva sobre los cedros'), aprovecha la contención interpretativa de Owen para no dejarse llevar por el drama lloriqueante. En este tipo de películas se trata de explorar una faceta masculina ignorada habitualmente: la fragilidad de quien tiene que asumir el papel de padre lejos del modelo idealizado de familia. Aquí, el protagonista consigue desarrollar una buena empatía con el público aunque sus problemas tras quedarse viudo se resuman en que, al contrario de la mayoría de mujeres, no está acostumbrado a conciliar vida laboral y familiar (ay, pobrecito, que tiene que lavar los platos).
A favor: Clive Owen.
En contra: Cierta condescendencia del protagonista consigo mismo y la manía de estampar postales bonitas.