Una pareja de turistas llegan a un hotel completamente automatizado gracias a la electricidad. Los baúles se deshacen solos, los zapatos se limpian como por arte de magia y el peinado y el afeitado no necesitan de mediación humana. Pero la central sufre un cortocircuito y todos los muebles se vuelven locos y la habitación queda sumida en el caos.