Personalmente, por lo que destacaría este largometraje es por el trabajo realizado por la actriz Sara Forestier, posee simpatía, belleza y naturalidad a partes iguales. Me ha dejado cautivado, lo confieso. Jacques Gamblin, también hace un trabajo correcto.
En esta película de amor multicultural, hay que aplaudir también la forma de tratar temas tan serios como el racismo, el fascismo, la colonización, el holocausto, la energía nuclear, los abusos a menores, los matrimonios de conveniencia, la política, la religión ya sea musulmana, hebrea o cristiana, sin que sea una losa para el desarrollo de la misma.
Es de agradecer la originalidad de contarnos la procedencia de sus protagonistas. Muy bueno el detalle de mostrarnos a su padre siempre con la misma edad (pues el protagonista como muchos de nosotros, no nos llegamos a imaginar a nuestros progenitores de jóvenes) incluso en la juventud del mismo. Y a los que como yo les guste ver de vez en cuando un cuerpo femenino en pantalla también lo agradecerán.
Al final nos deja una frase para la reflexión: ¿De quién serán extranjeros nuestros hijos?
Yo le doy un 5/10