El joven actor Jéremie Duvall y la actriz Grace Hancock debutan por primera vez en la pantalla, al mismo tiempo que Philippe Guillard realiza su primer largometraje.
El realizador de 'Mi hijo y yo', Philippe Guillard, es un antiguo campeón de rugby y fue periodista deportivo. Aparentemente, el cine y el rugby serían dos mundos opuestos, pero tampoco es tal y como pensamos: "El rugby y el cine son dos deportes colectivos. Dos géneros en los que el ser humano se embarca en una aventura en común. Cada miembro del equipo es competente independiente dentro de su espacio de juego, pero tienen que hacerlo todo juntos. Mi preocupación era que todo el mundo se sintiera feliz de estar incluido en ese proyecto, que cada uno llegara al plató contento por la mañana y se fuera de igual manera por la tarde". Philippe Guillard comenzó en el cine de la manera más paradójica: co-escribiendo una película sobre el mundo del fútbol, '3 Zéros'. Más tarde se dedicaría al género de la comedia popular gracias a la escritura de los guiones de 'Camping' (2006) y 'Disco' (2008).
El guionista Philippe Guillard tenía una obsesión con la película: "Intentar no contar la historia integrándola en el contexto del rugby de alto nivel. Estaba claro que no tenía los medios de Oliver Stone cuando realizó 'Un domingo cualquiera', por lo que tenía que jugar con otras armas. Por eso me desvinculé de toda referencia cinematográfica y me dediqué a proporcionar la mayor credibilidad que pudiera a aquello que estaba contando".
Mucho antes del rodaje, el escenógrafo trabajó solo con el storyboard, de forma que así preparó la prerrealización de la película con el operador jefe, con el fin de concentrarse, una vez empezado el rodaje, solamente en la dirección de actores.
En la época en la que escribía la comedia '3 zéros' (2002), los productores de Philippe Guillard le pidieron un guion sobre rugby. Gérard Lanvin ya había aceptado que la protagonizaría, pero los productores finalmente abandonaron el proyecto, y 'Mi hijo y yo' estuvo a punto de no ver jamás la luz. El primero que reactivó la película fue Olivier Marchal que, seducido por el tema que trataba, se mostró interesado en protagonizarla. Fue el productor Cyril Colbeau-Justin quien convenció a Guillard para que dirigiera la película, con la bendición de Marchal.