Decadencia autoral
por Beatriz MartínezQue la obra de Vicente Aranda ha ido bajando de calidad paulatinamente durante los últimos años es evidente. Tras la mediocridad de 'Canciones de amor en Lolita's Club', Aranda no tenía complicado mejorar con su siguiente película. Y con 'Luna caliente' logra superar a su antecesora, pero no recuperar el pulso creativo que le caracterizó antaño.
El problema principal de la película, un intento de adaptar el 'El extraño caso del doctor Jekyll y Mister Hyde' a través de la novela de Mempo Giardinelli, se encuentra en que Aranda juega a la ambigüedad: 'Luna caliente' puede ser tanto una comedia como un drama, los personajes pueden ser tomados tan en serio como en broma y, al final, la sensación que queda es insatisfactoria. Aranda busca, eso es evidente, incordiar e incomodar al espectador, pero lo que logra, en realidad, es confundirlo ante una narración que avanza erráticamente y sinsentido, en la que ni la intriga criminal, ni las pulsiones sexuales, ni el aspecto psicológico, ni la mirada hacia una época de la historia de España concreta y a unos sucesos particulares, logran estar equilibradas y complementadas entre sí, ni funcionan por sí mismas. Todo es poco creíble e insignificante, pero 'Luna caliente' llega a ser divertida a la larga. Aunque evidentemente, se supone, no es su intención resultar tan grotesca.
A favor: Que Aranda, a su edad, siga teniendo un tono tan desinhibido.
En contra: Que esa desinhibición esté al servicio de la nada.