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    Route Irish
    Críticas
    2,0
    Pasable
    Route Irish

    Loach cotiza menos

    por Quim Casas

    El mercado de valores cinematográficos es aún más fluctuante que el de la bolsade Wall Street o el índice Dow Jones, que ya es decir. ¿Alguien podía imaginarsehace diez o quince años que una película de Ken Loach, paladín del cine social ycomprometido europeo, el ala izquierda de la cinematografía británica, casi siemprepresente en el festival de Cannes (y después en el de Valladolid), iba a estar unaño y medio sin estrenarse en las salas españolas? ¿Alguien podía pensar, en susrespectivos momentos, que filmes como 'Riff Raff', 'Lloviendo piedras', 'Tierray libertad', 'Mi nombre es Joe', 'La cuadrilla', 'El viento que agita la cebada' oincluso 'Buscando a Eric', por la coartada futbolera del beligerante Eric Cantonahaciendo de fantasma de Eric Cantona, iba a retrasarse tanto en la distribucióncomercial?

    Pues sí, Loach ya no cotiza como antaño y 'Route Irish' se estrena ahora despuésde ser presentada en el festival de Cannes de... ¡2010! Lo nunca visto, pero Loachtiene suerte: de Philippe Garrel no se estrena nada y nadie clama al cielo, y la últimapelícula de Terence Davies, 'The Deep Blue Sea', sigue sin distribución española y lacinefilia no va a salir a la calle por ello (tampoco Davies cotiza como antaño, pero esaes otra historia).

    Ciñéndonos a 'Route Irish', sorprende que tarde tanto en llegarnos porque es unfilme prácticamente igual que los que han cimentado entre nosotros la fama, mástextual que fílmica, del realizador de 'Agenda oculta'. Tras la fuga fantasmática conla película con Cantona, Loach retorna a las raíces del cine de denuncia tomandocomo protagonistas a unos mercenarios ingleses que trabajaron en Bagdad en calidadde agentes de seguridad. Como siempre, importa más la palabra que la imagen, latesis que el estilo audiovisual con el que se enarbola el discurso.

    En todo caso, y como elemento innovador –en el contexto de la obracinematográfica de Loach–, el director recurre constantemente a la webcam y el móvilpara mostrar las averiguaciones que hace el protagonista sobre la muerte de uno desus compañeros. Obvia así el recurrente plano/contraplano, aunque no agiliza unaforma de entender el cine ampliamente superada por mucho que Loach estuvieracotizando durante tantos años hasta que el cine político a la clásica usanza hizo crack.

    Lo mejor: La adecuación de ciertos elementos del paisaje tecnológico actual.

    Lo peor: El estilo encorsetado de siempre para otro alegato como los de siempre.

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