A estas alturas, casi todo el mundo ya habrá visto el multipremiado largometraje de Tom Hooper, director de productos televisivos, que se dio a conocer el año pasado con “The Damned United”. Todo el mundo sabrá que se trata de los problemas de tartamudeo del rey Jorge VI de Inglaterra, y de su superación gracias a la ayuda del logopeda Lionel Logue.
Como un Gin-Tonic, que con cierta acidez y amargor en su interior, pero que en el fondo te deja una agradable sensación en el paladar y en la mente, así es esta película y como un Gin-Tonic debe tomarse, saboreándola, paladeándola, sin prisas, disfrutándola, tomándonos nuestro tiempo, percibiendo sus matices.
Hay que reconocer que esta bastante lograda en todos sus aspectos: localizaciones, los diálogos entre los dos protagonistas, fotografía, vestuario, y esa banda sonora compuesta por una selección de exquisita música clásica. Geoffrey Rush está soberbio, aportando gran humanidad y sencillez al relato, consiguiendo sacar al espectador más de una sonrisa en cada intervención suya.
Obligación, frustración, miedo, orgullo, esfuerzo, superación y amistad son los temas por los que pasa el protagonista.