Un hombre de mediana edad (Hitoshi Matsumoto) se despierta en una habitación blanca con un pijama de colores. Es la única persona en kilómetros a la redonda y las paredes de la habitación están decoradas con pequeños querubines. Sin saber por qué ha sido encerrado en esta habitación, el hombre comienza a explorarla. Pronto descubre que sólo tiene que ejercer una suave presión sobre los genitales pegados a la pared y que todo tipo de objetos entran en la habitación a través de las paredes: como un cepillo de dientes, un megáfono, un árbol bonsái, gafas 3D o incluso revistas manga. El hombre se da cuenta de que estos objetos le son entregados como herramientas para escapar de esta celda.