El director Claudio Zulian, acompañado de una cámara, pasea la tarde del 10 de febrero de 2006 por las calles del barcelonés barrio del Carmel. Desde un punto de vista particular y de manera bastante atípica nos cuenta lo que ocurre en sus calles, viviendas, oficinas y tiendas, centrándose en lo más importante: Las personas. Un único plano secuencia, nos mostrará la cotidiana vida de sus habitantes, acompañado de una voz en off anteriormente grabada en la que podemos escuchar conversaciones, pensamientos y conclusiones de algunos de ellos.
Este documental experimental no podría existir sin la colaboración de algunos de los residentes que abrieron sus casas y comercios para mostrar con naturalidad ante la cámara sus actividades cotidianas. Hecho que seguro influyó a la hora de ser nominado en 2010 como mejor película documental en los premios Gaudí. Aunque su mayor característica es convertir una imágen grabada íntegramente con una steadycam y sin cortes, en el reflejo de lo que fue, es y será la ciudad del Carmel.