Crítica de SensaCine.com para La manzana: Salir al mundo

De acuerdo, proviene de una familia ligada al mundo del cine y su padre Mohsen es uno de los directores más importantes de la historia del cine iraní. Pero ello no quita mérito al hermoso debut de Samira Makhmalbaf, que rodó 'La manzana' cuando contaba solo con 17 años. La joven cineasta se aproximó con extrema sensibilidad a una situación muy delicada: el encierro al que someten sus padres a dos hermanas durante once años, hecho que denuncian a los servicios sociales los vecinos.

'La manzana' sigue a los protagonistas reales adentrándose en un mundo cerrado con una madre ciega y un padre mendigo que cree proteger a sus hijas aislándolas del mundo. La fragilidad que denotan las niñas gemelas la primera vez que salen a la calle pone la carne de gallina. Con extremas dificultades para hablar e incluso para moverse adecuadamente, las dos muchachas  van tomando contacto con el mundo exterior como una flor que ha permanecido cerrada hasta que se abre poco a poco con la salida del sol. Samira se adelantó a muchos de las constantes del cine del cambio de siglo, desde la hibridación entre documental y ficción hasta al uso del vídeo para producciones íntimas.

A favor: la delicadeza con que trata el tema Samira.

En contra: menospreciarla por ser un film aparentemente pequeño.