Dennis Hopper marca el inicio de una nueva corriente cinematográfica estadounidense con esta hermosa Road Movie. El director apuesta por un cine más reflexivo, psicológico y atrevido en las temáticas que se tocan y osado en su edición y montaje. Las postales que se nos presentan son hermosas y el mensaje de fondo es muy pertinente a la época y con mucha presencia en la actualidad. Todo esto, acompañado de un jovial Jack Nicholson, en sus primeras demostraciones del potencial actoral que lo ha convertido en un grande. En síntesis, una excelente película que, lamentablemente se desinfla al final. pero que tiene méritos ganados al ser el punto de inflexión del buen cine gringo moderno.