La película nos sitúa en el día 9 de septiembre del año 1971 en la cárcel de Attica, situada en un área rural del estado de Nueva York. Allí, 1200 presos hicieron un motín, tomando a 38 guardias como rehenes y apoderándose de la mitad de la cárcel. Su lema era: "Somos hombres, no somos bestias y no vamos a permitir que nos peguen y nos traten como a bestias".
En este motín, que duró cuatro días, los internos animaban a la población a abrir los ojos ante lo que ellos consideraban un sistema de represión brutal, así como a que apoyasen su posición. El suceso de Attica fue el levantamiento carcelario que mejor se ha organizado en toda la historia de los Estados Unidos, y muchas personas de todas partes del mundo apoyaron a los presos, considerando su acción como una respuesta justa a las condiciones inhumanas en las que vivían en la prisión.