Anonymous podría haber sido la gran película que pretendía sí la hubiera dirigido otra persona. Es simple, pretensiosa como Emmerich, pero en un campo alejado de Emmerich.
No es una mala pelicula. Se sigue más o menos bien, entretiene, pasan cosas, te mantiene dentro de la historia y sufre los agujeros habituales, pero lo mejor, sin paliativos, es ver el cine medio lleno sin que hubiera ni un solo adolescente: gente madura que va al cine. Lo constato: existen. Están ahí. En alguna parte. Y ficciones como la de Anonymous los hacen salir. Así que... ¡ Bravo!