Crítica de SensaCine.com para Anonymous: Shakespearezilla

Roland Emmerich, el cronista definitivo del fin del mundo ('2012', 'Godzilla', 'Independence day'), ha decidido cambiar de registro y entregarnos una película intimista -dentro de lo que serían los parámetros de su cine: 'Anonymous' es un blockbuster encubierto que no ha escatimado en gastos de ningún tipo-, cuyo motor argumental versa alrededor de la figura del célebre escritor William Shakespeare (en la película es un borracho habitual en los prostíbulos y las casas de apuestas) y de cómo él no escribió ni una sola línea de sus libros (de hecho, es incapaz de trazar una "i" en un papel), puesto que el responsable fue el Conde de Oxford, un hombre que escribió toda su obra en el anonimato al ser el teatro una disciplina artística propia de malhechores y otras ruindades sociales.

Podría haber sido interesante, claro, aunque hubiera resultado una tontería del tamaño de 'Shakespeare in love' (1998); pero Emmerich ni siquiera llega a eso: su intención de relatar la gran tragedia de época (shakespeariana, claro) se convierte en una aburrida y meliflua cinta que pretende cazar moscas con misiles tierra-aire. Y es que el cineasta alemán no tiene mesura, para rodar una simple conversación necesita aparatosos travellings-grúa, inundar las imágenes con una banda sonora insoportable o hacer poner cara de estreñidos a todos los actores. Es como si las explosiones atómicas de sus películas precedentes hubieran abollado su sentido del melodrama: los excesos de 'El patriota' (2000) adquieren ahora una finura a la altura de Honoré de Balzac (o Howard Hawks, que sería su equivalente cinematográfico).

De hecho, el invento es tan desastroso que ni siquiera funcionan los giros dramáticos que adquiere la trama -y eso que hablamos de asesinato, incesto, infidelidad, magnicidio, etcétera- y, lo que es peor, toda buena idea germinada acaba por perecer antes de desarrollarse con corrección: desde el arranque desde un teatro del Londres contemporáneo a la relación existente entre las obras de Shakespeare y los acontecimientos narrados o la atractiva relación de amor odio entre Oxford y la reina.

A favor: Vanessa Redgrave

En contra: La grandilocuencia de Emmerich