La familia Bennett vive una vida tranquila y acomodada, pero una serie de acontecimientos producen que esa estabilidad se vea interrumpida por la propia hija de la familia. Amelia es la pequeña de la casa con 13 años de edad.
De pronto un día empieza a comportarse de manera extraña cuando su padre la llama cariñosamente princesa, por lo que los padres piden ayuda a un conciliador para hallar el problema. Descubrirán que su hija ha sido víctima de abusos sexuales cuando era más pequeña, y ha sido un miembro muy cercano de su familia.