El fin de la nostalgia
por Beatriz Martínez'Young Adult', la nueva película de Jason Reitman, comienza con un prólogo que sirve como carta de presentación de su personaje principal. Ella es Mavis Gary (Charlize Theron), una guapa treintañera que ha saboreado las mieles del éxito profesional escribiendo novelas para jóvenes adultos, que es la clasificación que se le da a este tipo de literatura de crecimiento en lengua anglosajona. Más adelante sabremos que tampoco ha sido para tanto, que en realidad, aunque ha conseguido hacer dinero, su nombre no ha pasado de aparecer en la contraportada de una serie juvenil creada por otra persona. Y es que en la ocupación de Mavis Gary podemos rastrear algunas de sus debilidades, algunos de esos puntos más oscuros que Reitman quiere poner de manifiesto en el film: la desordenada vida de una mujer que se ha quedado anclada en la escritura de novelas para jovencitos inmaduros, que ha trasladado esa filosofía inundando su vida de esa vacuidad, y que se siente decepcionada después de haber llegado a los treinta y tantos y no haber conseguido hacer realidad sus sueños de juventud. Es mucho el subtexto que se esconde bajo esta película que, a pesar de llegar a alcanzar inesperadas cotas de profundidad, se ve de la manera más ligera y gratificante, como si en realidad las terribles cosas que cuenta estuvieran ahí sin necesidad de dramatizarlas por obra y gracia de un guion que convierte en fácil lo difícil y de una actriz que probablemente realice el mejor papel de su carrera (sin llegar a los excesos que cometió en 'Monster').
Mavis Gary es en realidad un personaje insufrible: es egocéntrica, egoísta, presumida y cree estar por encima del bien y del mal. Sin embargo, su vida es un desastre, sobre todo en el plano de su estabilidad emocional. De hecho, durante la película descubriremos que Mavis Gary no está bien, que ha perdido la cabeza y está al borde de una crisis nerviosa y que lo único que esconde es que está muy sola, aunque nunca, ni siquiera al final (aquí no hay redención del personaje) lo reconozca.
Uno de los aspectos más interesantes de 'Young Adult' es que es una película profundamente generacional, lo que sin duda hará que solo una parte del público empatice con ella. Hay un sentimiento de fracaso muy grande en su interior, de frustración y de miedo, de sueños perdidos por el camino, de esa necesidad de anclarse al pasado, a los objetos, a la música que rememora otros tiempos, quizás no mejores, pero sí más intensos. Mavis Gary escucha obsesivamente la canción de Teenage Fanclub "The Concept", también a The Breeders o The Replacements, The Lemonheads, Dinosaur Jr. o Faith No More y lo más sorprendente... ¡lo hace a través de una cassette! Sí, esas cintas ya anacrónicas que parecen haberse evaporado de nuestra conciencia y que, con sus listas de éxitos grabados tienen para cada uno un significado especial. 'Young Adult' reivindica esa música que marcó una época, un estilo de vida, pero también la sitúa en el momento actual y de alguna manera la descontextualiza, asumiendo que, en la era del usar y tirar, ha quedado totalmente desfasada. De igual forma, Jason Reitman enfrenta el estilo de vida de Mavis Gary con aquél que llevan los que se quedaron en su pueblo de origen, a los que ella considera unos paletos. Mientras el personaje que interpreta Charlize Theron no sabe lo que quiere, sus antiguos amigos han aprendido ha aceptar el cambio de los tiempos, han asumido responsabilidades o simplemente se han terminado admitiendo tal y como son, con sus virtudes y sus fallos.
Mavis Gay, sin embargo, se pondrá en evidencia intentando reconquistar el amor de su novio de juventud, el cual acaba de ser padre con su esposa, lo que pone todavía más de manifiesto la naturaleza absurda de la empresa de la protagonista. Entre la fragilidad, la nostalgia y una eterna insatisfacción rabiosa transcurre esta película incómoda, en la que, por primera vez, Jason Reitman no recurre a la moralina (como sí ocurría en 'Juno' o en 'Up in the Air', sino que afronta una película ambigua, sí (sobre todo en su demoledor mensaje final), llena de luces y sombras, pero también capaz de activar algunos resortes a los que no siempre estamos acostumbrados como espectadores, y lo hace de forma muy delicada, utilizando ese discreto equilibrio entre la comedia y el drama tan escurridizo, convirtiéndose de película menor en película casi de culto, de esas que pasan prácticamente desapercibidas y que seguro ganará con el tiempo. Como dice Jennifer Egan en el Pulitzer "El tiempo es un canalla": La nostalgia era el fin, eso lo sabía todo el mundo.
Lo mejor: Charlize Theron.
Lo peor: Una cierta inconcreción a mitad de la película.