Crítica de SensaCine.com para Godzilla: Mito kaiju

Una operación arriesgada: dejar en manos de un recién llegado un título llamado a ser uno de los blockbusters de la primavera. No se puede decir que Legendary y Warner no hayan confiado en las posibilidades de Gareth Edwards a la hora de llevar de nuevo a la gran pantalla al kaiju Godzilla; un cineasta que sobresalió en el circuito del género precisamente con una película sobre monstruos pero ¡sin apenas monstruos! Intimista, recogida y evocadora, Monsters dejó a público y crítica con ganas de más y más grande; un reto que cumplir con esta nueva versión del bichejo mutante por excelencia de la compañía Toho.

El nuevo Godzilla se beneficia en algunos tramos y en algunas imágenes de ese tono intimista y marciano de la anterior cinta de Edwards, aunque, quizás por distanciarse de su debut en largo, el director británico ha decidido delimitar esa atmósfera todo lo posible, hasta el punto de que la trama de personajes apenas cuenta en el conjunto del relato. Y es una pena por el cast tan heterogéneo y de relumbrón que protagoniza el filme: sin ánimo de hacer spoiler, lo cierto es que Bryan Cranston, Juliette Binoche, Ken Watanabe, Sally Hawkins, Aaron Taylor-Johnson y Elizabeth Olsen podían haber dado más de sí y la tragedia humana ni emociona ni importa cuando aparecen los créditos finales. ¿Por qué aparentar una película de presupuesto A con un reparto de estrellas cuando en realidad de lo que se trata es de homenajear a la serie B de donde surgió Godzilla?

Edwards, por el contrario, sí sabe conducir los distintos referentes que maneja (el Spielberg de Jurassic Park, por ejemplo) y acierta también al trasladar la acción del Nueva York donde ocurría el anterior y más reciente trabajo ‘made in Hollywood’, de Roland Emmerich, a las dos costas bañadas por el Océano Pacífico, entorno natural del monstruo. No obstante, esa idea ya apareció hace poco en la subestimada Pacific Rim, de Guillermo del Toro, cinta con la que, para colmo, el nuevo Godzilla guarda algunas, pocas eso sí, similitudes. Aún y así, la película de Edwards consigue unos veinte minutos finales espectaculares y que guardan un grandioso homenaje al monstruo mutante, reconvertido aquí en una pieza indispensable del ecosistema que regula los excesos contaminantes del ser humano. Siempre gigantesco, es probable que el Godzilla de Edwards no acabe de ser la película que deseábamos, pero contiene buen material para soñar y temer de nuevo el mito del kaiju.  

A favor: ¡Godzilla!

En contra: La poca estima de Edwards por sus personajes.