Se trata de la primera película de terror rodada en un solo plano secuencia de 78 minutos y con la ayuda de una cámara especial (la Canon EOS 5D Mark II), ya utilizada por Quentin Dupieux en 'Rubber').
En los años 1940, los cuerpos de dos hombres fueron encontrados de manera extraña mutilados en una granja, con sus lenguas cortadas. También encontramos fotos inquietantes sen la escena del crimen. La investigación de la época no llevó a ninguna conclusión satisfactoria y estos sucesos quedaron marcados en la memoria colectiva del pueblo de Godoy. 'La casa muda' se inspira en ellos e intenta extraer respuestas en torno a las cuestiones que entonces quedaron sin resolver. Gustavo Hernandez nos habla de eso: "Cuando comenzamos a investigar, no encontramos información significativa en los documentos de la policía de la época. Pero pocas informaciones que teníamos contenía los ingredientes de base de la película de horror que queríamos. Conseguimos visualizar muy claramente el acontecimiento y cómo había podido producirse. Pensamos en seguida que debíamos concentrarnos en los ochenta últimos minutos de las víctimas, explorando la tensión y las circunstancias que acabaron en estos homicidios brutales".
El realizador de la película, Gustavo Hernandez, explica que la idea de hacer la película nació de sus recuerdos, de un miedo que sintió niño, surgido a partir de un ruido simple y desconocido. Según él, fue la primera vez que sintió un "miedo en el estado puro". " De niño, una noche, escuché un ruido raro que venía del entresuelo de mi casa, un ruido que brotaba y que me paralizó completamente. Todos mis sentidos se pusieron en guardia durante algunos segundos que me aparecieron horas. Trataba de convencerme que se trataba solo del viento golpeaba una ventana. Aguzaba mi audición y trataba de retener mi respiración para encontrar el silencio. Es una anécdota simple, pero me acuerdo de eso con mucha fuerza, porque en mi memoria es la primera vez que sentí un miedo diferente".
"Sentí la necesidad de contar una historia sin que el espectador fuera engañado por una falsificación temporal. Tenía que sentir el miedo de los personajes en la pantalla de la misma manera que experimentaba su propio miedo. No es un ejercicio de estilo, ni el reto de un excéntrico. Simplemente es la forma de la narración más honrada que encontré para transmitir mis miedos más elementales, tratando de crear un lenguaje cinematográfico específico con la función "película" de una cámara de fotos simple, cuyo peso y tamaño nos permitía moverla muy fácilmente".
Los esfuerzos de encontrar un nuevo modo de transmitir el miedo (y de hacer películas pequeñas que no cuesten mucho dinero), se han visto multiplicadas en los últimos tiempos dentro del cine de terror. La moda comenzó en 1999 con 'The Blair Witch Project (El proyecto de la bruja de Blair)', la película más rentable de todas, con unos 60.000 dólares de presupuesto (contando el márketing, la distribución, etc.) y sus 249 millones de dólares de recaudación mundiales.
Después, muchos otros sacaron provecho a esta moda gracias a las herramientas que ponían a disposición las nuevas tecnologías, como la ligereza de las cámaras digitales. Así nacieron proyectos como 'Rec' (y su versión americana 'Quarantine') o 'Paranormal Activity'.
Cada una de estas películas se ha convertido casi en una saga, ya que constan de numerosos episodios. Así, 'La casa muda' se sitúa en esa línea de películas, como bien ilustra el director Gustavo Hernandez: "Con 'La casa muda' tuve ganas de hacer surgir emociones probando una experiencia cinematográfica diferente, con un objetivo central: que fuera muy emocional. Con la realización de esta película, espero haberme acercado lo máximo posible a esta experiencia durante la cual tuve que retener más de una vez la respiración".