Will Ferrell no ha tenido un buen año. Mientras que su compañero habitual en el crimen, Adam McKay, pasó el 2015 haciendo una de las mejores películas del año (el cebo oscuro y salvaje de Oscar, el Big Short), Ferrell produjo el esfuerzo a medio cocer Get Hard, escondido en el intrigante e inerte faux-Lifetime. La película A Deadly Adoption y ahora nos trae a Daddy's Home, una comedia genérica tan perezosa y agravante como su título.
Es fácil ver el pensamiento de Ferrell detrás de esta serie de errores. Con Get Hard, el imponente Ferrell buscó asociarse con Kevin Hart, quizás el actor cómico más convincente del año. Desafortunadamente, su película fue un caos de clichés racistas y homofóbicos. Mientras tanto, una Adopción mortal fue un experimento de campo izquierdo envuelto en secreto, más adecuado para un boceto Divertido o Muere de cinco minutos que un ejercicio de 90 minutos para probar los límites de la ironía.
Y en Daddy's Home, está claro que Ferrell esperaba recrear la extraña química que compartía con Mark Wahlberg en The Other Guys. Desafortunadamente, esa película mejor, más divertida y más nítida de 2010 fue una producción de McKay, y sin la mano firme del escritor y director, Ferrell tiende a fallar. (Después de todo, si tienes un preciado recuerdo de Ferrell, es probable que lo hagas gracias a McKay: Anchorman, Step Brothers, Talladega Nights: The Ballad of Ricky Bobby, incluso los fragmentos más conocidos del sábado en vivo de Live Night fueron escritos por el ex jefe de escritores. )