Una noche en Turín

La trama fija su interés en el momento en el que el deporte rey en el Reino Unido había perdido mucho prestigio en comparación con la pasión y el entusiasmo con el que se vivía hace unos años. El estilo futbolístico de cada equipo no era bien recibido ni por sus propios aficionados, los hooligans se impacientaban en exceso durante el desarrollo de los partidos y eso provocaba que la policía tuviera que intervenir en más de una ocasión en los estadios para evitar que se produjera cualquier desastre humana.

Al poco tiempo, el auge del campeonato doméstico británico y la enorme cantidad de dinero que movía el fútbol en el país fundador del balompié propiciaron que la sociedad empezara a verlo con otros ojos, sobre todo a raíz de la celebración del Mundial de la FIFA del año 1990 que tuvo lugar en Italia. Aun así, la prensa no estaba del todo satisfecha con la imagen que el preparador de la selección inglesa, Sir Bobby Robson, estaba dando durante las últimas semanas y decidieron realizar una investigación exhaustiva para corroborar que era la persona ideal para dirigir a su equipo.

Los medios de comunicación se fueron comprometiendo con la causa de su país conforme iban avanzando las semanas de competición, sobre todo al comprobar que sus jugadores se esforzaban al máximo con la intención de representar a su nación de una manera realmente digna. Gary Oldman es el encargado de narrar el camino de los anglosajones hasta alcanzar la final del torneo. A su vez, se ofrece al espectador un material de archivo que ensalza aún más la que a día de hoy es sin duda alguna la historia más destacada del fútbol británico.