Hace 25 años, John McTiernan y Bruce Willis crearon a John McClane un policía de Nueva York, basado en la novela "Nothing Lasts Forever" en castellano algo así como "Nada dura para siempre", que tenía la virtud o el defecto de encontrarse siempre en el sitio equivocado y en el momento equivocado, esta máxima se repetiría en todas las posteriores secuelas, excepto en la tercera en la que es requerido por expreso deseo del malo de turno. Otra de las características que definían a McClane era que siempre acababa ensangrentado y con el cuerpo hecho un mapa.
Si en la primera y la más original, acababa salvando los ocupantes de un rascacielos, en la segunda salvaba de los malos a un aeropuerto y su trafico aéreo, en la tercera ya salvaba a una ciudad, en la cuarta además de salvar a la ciudad de un caos cibernético realizado con premeditación y alevosía tenía que salvar a su hija, pues bien, en esta quinta ya se mete en aguas internacionales para salvar al mundo de peligros nucleares, además de ayudar a su hijo.
Si en La Jungla 4.0 nos parecía increíble lo que era capaz de hacer un policía de Nueva York, John Moore nos ofrece el no da más, el increíble salto mortal de John McClane, una continua sucesión de escenas de acción en la que lo menos importante es el argumento y sus giros, pero nosotros queremos ver a McClane como va eliminando a los malos, ver como castiga su cuerpo y a pesar de todo conserva su chulería. Si sois seguidores de la saga, veréis que hay ciertos guiños a la primera entrega. Si eres seguidor de las películas de acción lo más probable es que se te haga corta, si no eres de los que te gustan este tipo de largometrajes cargados de persecuciones, golpes, disparos y explosiones, quizás te aburras a la media hora.