"Pesadilla en Elm Street" es un clásico absoluto del terror y slasher, considerada una de las mejores películas de su género de la historia, dirigido por Wes Craven, y primera aparición del legendario Freddy Krueger. El mítico Wes Craven concebiría la que, sin duda, es su mejor película y legado al género de terror a partir de diferentes situaciones y experiencias personales y ajenas, que se habrían iniciado hacia fines de los 60s y comienzo de los 70s, que terminarían por cuajar recién casi a mediados de los 80s. Fue así, como Craven tendría una de sus primeras inspiraciones para lo que sería este film de terror, en la ya legendaria Elm Street, ubicada en Postdam, Nueva York. La génesis de Krueger, se produciría por inquietudes que lo asaltaron desde su infancia, primero con un extraño anciano que parecía caminar y detenerse constantemente frente a la puerta de su casa, y segundo por el bullying que un adolescente Wes sufriera a manos de un mocoso abusivo llamado Frederick Krueger. Por otra parte, Craven quería que Krueger fuese en principio un abusador de menores, pero una serie de casos reales conocidos en California por esos años, llevarían al futuro director de a reconsiderarlo para evitar una polémica innecesaria.
El guión posiblemente sea el mejor que redactó en su reconocida carrera, propone ciertamente una revitalización del slasher de fines de los 70s y en franca decadencia a mediados de los 80s, pero está plagado de interpretaciones psicológicas que la convierten en más que entretenimiento para adolescentes. Entre ellas, podemos encontrar la pérdida de la inocencia, teniendo en cuenta que Freddy Krueger sólo ataca a adolcescentes y sus ataques representan la violencia que muchas veces la sociedad muestra hacia los jóvenes. Por otra parte, se presenta la difícil relación que la mayoría de las veces los adolescentes establecen con sus padres, como éstos los ignoran o sobreprotegen dependiendo del caso, y como la inestabilidad emocional de los padres puede afectar a sus hijos, en el film reflejado con la madre de Tina y sus parejas ocasionales además de la ausencia del padre y en el caso de Nancy con sus padres separados, él alejado por el trabajo y ella alcoholizada. Asimismo, está el evidente componente sexual, siempre enmarcado en un contexto amenazante, violento y misterioso, reflejado en la escena del asesinato de Tina que a todas luces representa una violación o el simbolismo del guante de Krueger, con sus afiladas cuchillas acosando a Nancy por la entrepierna, mientras toma un baño de tina.
Hay otras referencias psicosociales como la lucha por contrariar o aceptar el sistema social imperante, con la ruptura entre lo imaginario y lo real por medio de la pesadilla, en donde lo que prima es el miedo a ser rechazados y una constante sensación de soledad y falta de comprensión de quienes le rodean. Esa soledad se refleja el hecho de que Krueger pueda atacarlos y asesinarlos sin que a sus padres les importe o puedan hacer algo, como también el hecho de que el cine estadounidense recurra una vez más, en el caso especial del género terrorífico, a la soledad que supone ir a los suburbios. Más allá de estas cuestiones, que el espectador adolescente de la época de seguro pasó por alto, lo que hace de esta cinta realmente efectiva es la habilidad por exponer la trama como un cuento pesadillesco y la sútil ambigüedad a la que el espectador se ve obligado a enfrentar para adivinar cuándo está dentro o fuera de la pesadilla, reflejado principalmente en varias escenas emblemáticas. Una primera, en el prólogo, cuando Tina deambula por una suerte de vieja caldera y es acosada por una figura humana deformada, atisbos de un Freddy Krueger que evidentemente se muestra reacio a aparecer. Una segunda, la aparición del cadáver de Tina envuelto en una bolsa forense en los pasillos del instituto y más aún el choque de Nancy con quién parece ser una compañera de instituto pero que lleva puesto el guante con navajas y el legendario suéter rojiverde del psicópata. Solo por nombrar algunas, de las más recordadas y simbólicas.
Las actuaciones son correctas, Craven debió conformarse con tener solo tres actores reconocidos dentro del género, entre ellos John Saxon, Ronee Blakley y Robert Englund. Saxon ya era un actor reconocido, por lo que era perfecto para encarnar al teniente Donald Thompson, padre policía de Nancy. Ronee Blakley, ganadora del National Board of Review a la mejor actriz de reparto, encarna a Marge Thompson, madre alcoholizada de Nancy, separada del padre. Por su parte, Englund, fue escogido para encarnar a Krueger, que en principio no tenía matices satíricos en su interpretación, de cualquier forma, cumple en su faceta de psicópata sobrenatural, convirtiéndose junto a Jason Voorhees a través de las secuelas, en el máximo ídolo ochentero del terror. El reparto juvenil, por su parte, debía ser desconocido para el público, según las exigencias del director. Heather Langenkamp, encabezaría el reparto interpretando a Nancy Thompson, la heroína que logra superar sus miedos, enfrentar y acabar con Krueger. La secundan el debutante Johnny Deep, quién encarna a Glen Lantz, novio de Nancy. Amanda Wyss, quién interpreta a Tina Gray. Y Jesús García quién da vida a Rod Lane, el novio de Tina que es acusado injustamente de asesinarla.
En definitiva, una película fundamental en la historia del cine de terror, que refrescó el género y recuperó el slasher a mediados de los 80s, con una impronta narrativa que regalaría al cine uno de sus mejores villanos, el cual ha sido referenciado, parodiado y homenajeado a más no poder en la industria. El impacto mediático del personaje de Freddy Krueger fue tal que no solo arrojó 6 secuelas más entre 1985 y 1994, sino que permitió a New Line Cinema recuperarse y estabilizarse financieramente, gracias al merchandising del personaje, que se convertiría en uno de los más carismáticos villanos de la historia del cine.