El ruido antes del crac
por Eulàlia Iglesias'Margin Call' es un término financiero cuyo significado exacto, después de haberlo consultado en dos o tres sitios webs, todavía no he llegado a entender. A pesar de llevar este nombre, la ópera prima de J.C. Chandor resulta perfectamente comprensible en su retrato de los movimientos de un banco de inversiones las horas antes del gran crac. Al contrario de otros films sobre la actual crisis económica, 'Margin Call' no pretende profundizar en las causas y responsables de la debacle sino seguir la cadena de decisiones que se ven obligados a tomar los directivos de una empresa cuando se dan cuenta que han cometido un error de cálculo que pone en jaque su futuro.
Como si de una pieza teatral se tratara, el film se centra en unos personajes muy concretos que interactúan en un espacio cerrado durante una reducida franja temporal. Aquí se nota la procedencia literaria de su director: 'Margin Call' se apoya por encima de todo en unos diálogos pensados hasta la mínima coma y un plantel de personajes muy bien definidos en una situación límite. Chandor hace aparecer representantes de los diferentes grados del escalafón ejecutivo a medida que se desencadenan los acontecimientos: desde el subalterno que descubre el error hasta el mandamás que toma la decisión última, todos parecen vivir su propio conflicto moral.
Planteada como un thriller dramático, 'Margin Call' se asemeja por momentos al film de catástrofes: desde un centro de control se tienen que tomar decisiones de urgencia nada fáciles para evitar que la máquina se estrelle o descarrile. La diferencia es que aquí no se intentan salvar cuantas más vidas mejor, sino cuanto más dinero propio a cuenta del del prójimo. El punto de vista de Chandor pretende ser equilibrado, como si su película fuera una mera dramatización de unos acontecimientos objetivos. No carga frontalmente contra ninguno de los personajes y los presenta a todos como "seres humanos", con sus dudas, razones y contradicciones. Como nadie, hasta el momento, ha dudado de la naturaleza humana de los tiburones de Wall Street, la película acaba demostrándose demasiado comprensiva con los responsables de enviar a la miseria a millares de personas. Sí, el tipo que acaba ordenando que se inunde el mercado de acciones sin valor siente mucha pena por su perro moribundo. Pobre ejecutivo forrado...
A favor: El reparto estelar: Jeremy Irons, Kevin Spacey, Paul Bettany...
Lo peor: Le falta incisión y le sobra comprensión.