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    La maldición de Rookford
    Críticas
    2,5
    Regular
    La maldición de Rookford

    Fantasmas familiares

    por Beatriz Martínez

    En los últimos meses han coincidido en la cartelera varias películas que recuperan el espíritu de las viejas historias de fantasmas extraídas de la tradición narrativa gótica del siglo XVII. Tanto 'El monje', 'La mujer de negro' como 'La maldición de Roockford' han vuelto a poner de manifiesto la todavía poderosa fascinación que ejercen los elementos que integran la iconografía de terror que preside este género literario y que ha tenido a su vez una ilustre representación en la pantalla desde los tiempos del expresionismo alemán. Ambientes tenebrosos, atmósferas sobrenaturales, maldiciones y elementos sugestivos que convocan el horror en el seno de espacios abandonados, cementerios y casas encantadas. Todo un universo repleto de exuberancia plástica que consigue convocar los terrores más profundos de aquel que se atreve a penetrar en sus misterios.

    'La maldición de Roockford' recoge parte de esos postulados y los aplica para crear una obra de espíritu contemporáneo en la que late más la influencia de películas recientes como 'Los otros' o 'El orfanato', que de la literatura seminal a la que nos hemos referido. Mientras 'El monje' era una adaptación de la propia obra de uno de los representantes del género, Matthew Lewis, bastante bien resuelta, y'‘La mujer de negro' constituía un homenaje a los gloriosos tiempos de la factoría Hammer, 'La maldición de Roockford' supone una aproximación quizás menos rigurosa que las anteriores, en la que los elementos góticos son solo parte de la carcasa y en la que lo verdaderamente importante es el conflicto de identidad que sufre el personaje protagonista, Florence, interpretado por Rebecca Hall.

    Florence es una joven que se dedica a investigar los fraudes derivados de elementos paranormales. Como se indica al inicio de la película, después de la I Guerra Mundial, Gran Bretaña vestía de luto por la muerte de muchos de sus soldados, por lo que era un tiempo propicio para fantasmas, tanto ficticios (los que querían invocar falsos médiums para sacarles el dinero a los familiares de los fallecidos), como aquellos provocados por los traumas y las inseguridades internas de los supervivientes. De alguna forma, Florence convoca ambos tipos de espectros, tras haber perdido a sus padres cuando era pequeña y ahora a su prometido en el campo de batalla.

    Tras llegar a la antigua mansión de Roockford, ahora reconvertida en internado para niños, donde tendrá que investigar la extraña muerte de un alumno y las apariciones de un supuesto espíritu, todos los miedos de Florence estallarán hasta reducir a la nada todas sus convicciones racionales, permitiendo que afloren en ella sus instintos más atávicos y primarios.

    El director Nick Murphy se pone al frente de su primer largometraje y consigue con esfuerzo mantener un buen nivel en la primera parte del metraje, en la que orquesta de manera elegante una ambientación macabra a medio camino entre la supuesta inocencia de los infantes y el mal ancestral encerrado en la vieja mansión. Este buen trabajo con las atmósferas va poco a poco diluyéndose a medida que se van desvelando los secretos que oculta la casa y la relación que tiene con Florence, hasta que casi podríamos decir que la cinta de terror termina dando paso al thriller psicológico y este finalmente termina desembocando en el melodrama.

    Mientras que 'La mujer de negro' tenía como virtud destilar todos los elementos narrativos para quedarse con la esencia del género, 'La maldición de Roockford' peca precisamente en el ensamblaje de los elementos que conforman su trama. Lástima que la explicación final de los acontecimientos termine dejando un mal sabor de boca después de haber asistido a un entretenido baile de sustos y tormentos emocionales.

    Lo mejor: Las escenas en las que aparece la casa de muñecas.

    Lo peor: La explicación final, cogida por los pelos.

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