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    Drácula 3D
    Críticas
    2,5
    Regular
    Drácula 3D

    Deseos incumplidos...

    por Beatriz Martínez

    Me hubiera gustado escribir sobre Dario Argento en otras circunstancias que no fueran a raíz del estreno de Drácula 3D. Por pedir, me hubiera gustado que el cineasta italiano hubiera sabido adaptarse a los nuevos tiempos y a las nuevas circunstancias, hubiera sido capaz de reinventarse, de proyectarse hacia nuevos horizontes. Me hubiera gustado que su cine sobreviviera con dignidad. Pero no ha sido así. Y hace tiempo que no lo es, por mucho que haya intentado defender con todas mis fuerzas La madre de mal (2007) o, peor aún, Giallo (2009). Pero lo cierto es que Dracula 3D no tiene justificación posible.

    Poco queda (nada) del Argento más esteticista y formal, de aquel cineasta que cuidaba cada plano y cada encuadre para infundir en el género de terror un poso de poesía visual. Drácula 3D es una película tan pobre en todos los aspectos que produce sonrojo si se toma en serio. Por eso, mejor no hacerlo, mejor verla como una película fuera de época, de lugar...de todo. Porque resulta incluso imposible calificar cómo una película que utiliza las nuevas tecnologías (las tres dimensiones), puede llegar a dar una impresión tan anticuada, tan demodé. ¿Quería Argento convertirse en un artista primitivo de las tres dimensiones (un Fra Angelico digital) o simplemente es que tenía tan poco dinero y supo utilizarlo tan mal que no supo hacerlo mejor?

    Drácula 3D tiene el encanto de las películas malas, de las peores y más infumables series B casposas: con esos decorados de cartón-piedra que parecen sacados de Bandolera o El secreto de Puente Viejo, con esa Asia Argento demasiado mayor para interpretar a Lucy (y con esa voz de tabernera tan poco delicada), con ese Unax Ugalde que no sabe por dónde anda y un Thomas Kreschmann que da menos miedo y es menos misterioso que Chiquito de la Calzada en Brácula, Condemor 2, con esos desnudos que parecen sacados de la época del destape, con esa desinhibición tan sinvergüenza al convertir el clásico de Bram Stocker en una cinta eminentemente lúdica y desprejuiciada, sin el lastre de la retórica y la sobrecarga de las influencias cinematográficas anteriores. Sí, el Drácula 3D de Dario Argento va por libre, y es en ese poso de libre albedrío creativo cuando quizás adquiera su verdadero sentido. Una película en la que Drácula termina convertido en una mantis religiosa gigante no puede ser mala, ¿verdad que no?

    Al final he terminado defendiéndola, sabía que esto ocurriría...

    A favor: La constante sensación de que la película es una broma.

    En contra: Que aquellos que no conozcan la trayectoria del director, lo juzguen de forma errónea por ella. Qué pena.

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