Personajes completamente lineales, que no cambian lo más mínimo a lo largo de dos horas. Se quedan en un Cohen wannabe sin chicha ni limoná. Nula empatización. Nulo desarrollo de los mismos. No sabemos sus orígenes ni sus metas. Buena factura técnica y sólo se salva Coronado del reparto. No perdáis ni tiempo ni dinero.
Quizá la trama podría haberse mantenido en un marco puramente relacionado con la droga, pero la gran interpretación de Coronado soporta toda la película. El final es brutal, muy a lo sin perdón