Aventuras sin emoción
por Rodolfo SánchezStewart Raffill comenzó a mediados de los setenta su carrera con varias obras dentro del género de aventuras, el cual abandonó poco después para realizar alguna incursión en la ciencia ficción para, después, regresar a las aventuras selváticas.
Podría decirse, entonces, que se trata de una cineasta especialmente interesado en el género y que Los nuevos robinsones suizos, rodada en 19989, no resulta nada descabellada dentro de su carrera. Pero sí lo resulta en general, porque resulta un disparate a pesar de estar basada en una novela de la que toma prácticamente todas las ideas. El problema es que aunque se acepte que la película se mueve en un terreno en el que todo es posible, nada resulta creíble por la completa desidia de su realizador a la hora de trazar una narración meramente coherente y unas imágenes que no sean más que mera visualización convencional. Es decir, que Los nuevos robinsones suizos es simplemente una obra destinada a consumo rápido, sin nada que decir ni nada que aportar.
A favor: La pareja Jane Seymour y David Carradine, es insólita y curiosa.
En contra: Que es una película de aventuras muy aburrida, y eso es imperdonable.