Los mercenarios
por Eulàlia IglesiasA punto de cambiar de milenio, John Frankenheimer se dio el gusto de rodar un thriller como a finales de los sesenta, principios de los setenta. El título del film alude a los samuráis sin señor al que servir que se veían obligados a venderse al mejor postor. Los protagonistas responden a esta idea del mercenario que trabaja por dinero y no por servir a una causa. Un grupo de ellos es contratado para hacerse con un maletín cuyo contenido se desconoce. De hecho, la maleta no es más que un macguffin, una excusa sin mayor importancia, para poner en marcha una espléndida cinta de acción rodada con la maestría cinematográfica propia de Frankenheimer.
La película sigue apoyándose en los recursos propios del cine postclásico a la hora de construir la tensión y prescinde de forma voluntaria de efectos de postptoducción. En esta joya se suceden espectaculares escenas de persecución de coches, se saca el máximo provecho de los escenarios de la Provenza donde se rodó buena parte del film e incluso se le da cierto tono melancólico más propio del cine negro.
A favor: Cuesta encontrar películas tan vigorosas y al mismo tiempo tan bellamente filmadas como ésta.
En contra: Otorgarle más protagonismo del necesario a Robert De Niro.