Crítica de SensaCine.com para Exceso de equipaje: Síndrome de Estocolmo a la inversa

En 1997 Alicia Silverstone se encontraba en el mayor apogeo de su fama (a punto de consumirse en autocombustión, pero esa es otra historia) y decidió lanzarse a la producción de sus propios vehículos de lucimiento. 'Exceso de equipaje' fue el primer proyecto de su productora First Kiss, con la mala fortuna de contar con el realizador Marco Brambilla ('Demolition Man') como director, lo que claramente cortó las alas de una película con buen reparto y una historia llamativa.

Silverstone es la protagonista como una niña pija y mimada (por supuesto) que intenta llamar la atención de su padre fingiendo que es secuestrada. Sólo que, cuando el ladrón Benicio del Toro roba el coche donde ella ha decidido esconderse, termina siendo secuestrada de verdad. A partir de ahí asistiremos a la desopilante relación entre la insoportable jovencita con icónica chaqueta amarilla y el pringado de su captor accidental que, por si fuera poco, también tiene que vérselas con el tío de ella, interpretado por el siempre genial Christopher Walken.

A favor: Christopher Walken, por supuesto.

En contra: Llega un momento en el que la relación entre los protagonistas entra en punto muerto.