Antes de iniciar un viaje de venganza, es mejor que caves dos tumbas. Confucio.
Vengándose, uno se iguala a su enemigo; perdonándolo, se muestra superior a él. Sir Francis Bacon.
Últimamente están proliferando los largometrajes que nos hablan sobre el perdón, y sobre las consecuencias que se producen al no practicarlo. Este sobrevalorado largometraje es uno más de ellos, en el que se nos muestra la frágil y delgada línea que hay entre el perdón y el odio. ¿Hasta donde podemos o debemos perdonar? ¿Qué consecuencias trae el ojo por ojo?
Dos situaciones diferentes, un mundo salvaje, por civilizar y otro mundo civilizado, pero donde el odio y el rencor son utilizados como autodefensa.
El largometraje en sí, es bastante lento, lleno de contemplaciones y silencios, se recrea en los paisajes y personalmente como espectador aficionado a visitar las salas de cine, no me consiguió calar, ni emocionar. En algunas escenas, le falta un poco de alma, no sé si sería esa la intención de la directora, pero la perdonaremos.
Bonitos paisajes, correctas actuaciones y poco más.