California, finales de la década de los sesenta. El departamento de policía de Santa Cruz está investigando una serie de crímenes que parecen ser obra de dos asesinos en serie. El detective Tom Harris (Christopher Stapleton) acude a Edward Kemper (Robert Sisko), un pintor autista que vive con su posesiva madre cuya mente brillante les ha ayudado en casos anteriores. Tras una serie de acontecimientos en los que se descubre a uno de los asesinos, McCormack (Andy E. Horne), la cámara nos muestra dos hechos atroces: Ed asesina a su madre y a una chica autoestopista a la que había cogido cautiva.
El realizador Rick Bitzelberguer, también guionista en más de diez títulos, adentra al espectador en el terrorífico universo de un asesino en serie. Basada en una historia real, la película se va a adentrando en la mente de Ed. Cuando Tom descubre lo poco que queda de la señora Kemper, las pesquisas sobre la investigación están resultas. Sin embargo, Ed ya ha emprendido su huida, en la que seguirá matando. Ahora todo depende del ingenio de la policía para poder o no atraparle.